Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo

La Biblia en reiteradas oportunidades nos advierte el hecho de que como cristianos en el ambiente espiritual estamos en una guerra constante, donde el enemigo está decidido a destruirnos, es por esto que siempre debemos estar alerta a sus trampas y engaños como nos señala Pablo en Corintios 2:11 “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” Siendo nuestra única forma de defendernos y hacer frente a los embates de nuestro adversario ceñirnos con la armadura de Dios, el cual es un vestido espiritual que nos prepara para la batalla y así obtener la victoria. A continuación, cada una de las partes que conforman esta armadura:
• Lo primero que un soldado hacía era ponerse el cinturón, que es la parte de la armadura que asegura a todas las demás e indica que el soldado está listo para la acción, así el cinturón representa “la verdad de Dios” que debe rodearnos como un todo.

• Seguidamente encontramos “la coraza de justicia”, sin ella quedamos expuestos a los ataques de Satanás. Vestirnos con esta coraza significa recibir el perdón de pecados por medio del arrepentimiento, o lo que es igual a ser justificados mediante Cristo.
• Los zapatos también forman el vestuario de cualquier soldado, quizás no sean considerados la pieza más interesante de una armadura, pero sí son muy importantes, y en el ámbito espiritual nos recuerdan que debemos estar deseosos de “predicar el evangelio de la paz”.
• Por su parte “el escudo de la fe” es también otra parte de esta armadura, e implica mucho más que creer en Dios; es tener la plena certeza de que Él cumplirá sus promesas.
• Así como el casco protege la cabeza del soldado, nuestra mente debe estar llena de la seguridad de nuestra salvación. El “yelmo de la salvación” protege nuestra mente del desánimo y la angustia del mundo, y nos hace estar seguros en Él.
• “La espada del espíritu” que representa la Palabra de Dios es otra parte de nuestra armadura espiritual, y es la única herramienta ofensiva que tenemos.
Cuando nos pongamos toda la armadura de Dios estaremos preparados para resistir los ataques de nuestro enemigo en común. Dios te Bendiga.